Las fuentes confiables de los manuscritos están escritos en hebreo y arameo para el Antiguo Testamento; y en griego koiné para el Nuevo Testamento. Es indispensable aclarar que, el reconocimiento de los manuscritos correctos juega un papel vital en la traducción de los escritos bíblicos que se utilizan para el Antiguo y Nuevo Testamento. Como ejemplo de ello, en las publicaciones de La Biblia de las Américas 2000 (LBLA) y La Reina Valera Revisión 1960 (RV1960) se puede leer una pequeña nota, existente
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